Su sensación refrescante y descongestionante hacen de la hierbabuena una perfecta aliada para combatir los resfriados, en gran parte por su alto contenido en vitamina C. ¿Has probado a combinarla con jengibre? Una infusión de hierbabuena, limón y raíz de jengibre cuando la congestión nasal se apodere de ti y, tras un rato habrás notado su efecto.
Disminuye la acidez estomacal, reduce náuseas y vómitos y mejora el tránsito intestinal, combatiendo el estreñimiento si, por ejemplo, se toma en forma de infusión.
Su alto contenido en mentol regula la cantidad de lípidos que circulan por el torrente sanguíneo, reduciendo los niveles de colesterol, triglicéridos y, por lo tanto, pudiendo favorecer a la prevención de la diabetes.
¿Te has preguntado por qué los remedios contra lesiones musculares o calambres durante el deporte tienen un fuerte olor a mentol? No es casualidad. De hecho, tiene que ver con las propiedades relajantes antes mencionadas, solo que a nivel cutáneo y muscular.
A corto plazo, el olor a menta o su ingesta (en este caso sería más recomendable en infusión fría) podría ayudarnos a mantenernos despiertos.
Probablemente sea uno de sus usos más extendidos, sobre todo en formato chicle. Sin embargo, utilizada como remedio natural sus resultados son sorprendentes.
Aplicar aceites de hierbabuena o mentol sobre el punto en el que nos duele la cabeza o inhalarla vaporizada, así como en aromaterapia, puede ser eficaz contra los dolores de cabeza.
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