Los antecedentes familiares, ser mujer, la edad, la obesidad, el embarazo, el estreñimiento crónico y el sedentarismo son factores de riesgo.
Las varices producen pesadez y dolor, además de una sensación de picazón o ardor. Por si fuera poco, empeoran si se permanece mucho tiempo de pie y si se complican pueden dar lugar a úlceras en las piernas e infecciones.
Otros síntomas son dolor sordo, pesadez y fatiga en las piernas, hinchazón, calambres nocturnos y picor cerca de las varices.
Hay algunos deportes que facilitan que la sangre circule mejor por nuestras piernas. Por ejemplo, montar en bici. Bastarán unos minutos al día de pedaleo para notar los efectos beneficiosos para la circulación de la sangre. Si no tienes bici siempre puedes ejercitar las piernas tumbándote en el suelo e imitando en el aire el movimiento que hacemos al montar en una.
El patinaje y el yoga también son perfectos ya que se realizan un montón de posturas invertidas que requieren que elevemos las piernas y las mantengamos activas, algo que mejora la circulación y favorece el retorno venoso.
Y algo tan sencillo como andar también ayuda a mejorar la circulación arterial y venosa.