Son varios ya los países europeos que han paralizado la utilización de la vacuna AstraZeneca en sus procesos de vacunación tras una treintena de casos de trombosis detectados en aquellos que recibieron la inoculación.
Aunque es muy bajo el número de personas afectadas respecto a las cinco millones de dosis de esta vacuna que se han administrado, se considera necesario estudiar esta relación, por lo que países como Alemania, Italia, Países Bajos, Irlanda, Dinamarca, Noruega o Islandia han paralizado temporalmente su administración. Francia también se ha unido, aunque de momento lo ha hecho por tan solo un día.
Tras una valoración en el consejo interterritorial convocado por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, España ha tomado la decisión de unirse a la decisión de estos países europeos y suspender temporalmente la administración de la vacuna AstraZeneca.
La farmacéutica AstraZeneca, por su parte, defendía la vacuna y aseguraba que no se ha encontrado relación entre esta y los riesgos de sufrir trombosis en una prueba de más de 17 millones de personas a las que se les administró.
Algunos expertos científicos como Soumya Swaminathan, jefa del terreno científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que numerosas personas mueren de trombosis cada día, lo que hace más difícil determinar si se trata de una causa directamente relacionada con la vacuna.
Debido a estas informaciones y a la de algunas muertes relacionadas con casos de trombosis, la ciudadanía ha generado un severo rechazo por esta dosis, lo que también ha servido para impulsar la decisión de los gobiernos a paralizar su administración.
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