El primero de ellos fue un hombre de 69 años con problemas de obesidad llegó a la Unidad de Cuidados Intensivos grave por coronavirus. Le sedaron y le colocaron boca abajo para facilitar que el aire fluyera mejor por los pulmones. Después de unas doce horas al voltearle para ponerle boca arriba apreciaron que tenía una erección.
Aplicaron hielo frio para tratar de bajarla pero al no dar resultado tuvieron que extraerle sangre del pene para que bajara.
En este caso se trataba de un paciente de 62 años con fuertes síntomas de covid y que llegó muy grave al hospital dónde fue sedado y conectado a un respirador. Al examinarle los médicos vieron que también tenía una erección que tampoco cedió durante cuatro horas ni aplicando hielo por lo que tuvieron que extraerle sangre del pene cómo en el caso del otro paciente para que la erección cediera.
Se trata de un hecho que los científicos explican que posiblemente se produzca debido a los coágulos formados a causa del coronavirus (una secuela probada de la enfermedad) impiden que la sangre salga de los conductos cavernosos del pene e impulse la erección.
Aunque reconocen que todavía no hay suficiente evidencia para catalogar el priapismo cómo una consecuencia directa de la enfermedad.
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