Los embutidos siempre son los grandes desterrados de las dietas. La OCU ha querido poner el foco en ellos porque aunque en nuestro día a día hay que dar prioridad a los productos frescos, no procesados y de temporada también tienen cabida los embutidos.
Pero es importante que sean lo más saludables posibles, con poca azúcar, sal y grasas de mayor calidad. Recientemente la OCU ha creado la etiqueta nutricional Nutriscore, para que tengamos más cuidado a la hora de hacer la compra. Se trata de un etiquetado que permite clasificar los alimentos procesados de saludables (A) a poco recomendables (B).
Pero es una clasificación con truco porque se comparan alimentos de una misma familia, por ejemplo yogures o embutidos tienen listas independientes.
Se trata de un etiquetado nutricional frontal para productos procesados envasados. una especie de semáforo nutricional que clasifica los alimentos con cinco colores y cinco letras. La A de color verde oscuro es la mejor opción y la E roja la peor, pasando por la B,C y D.
Su objetivo es comparar productos de la misma categoría, de forma que la elección más fácil sea también la más saludable: vas a comprar cereales pero, ¿cuál tiene mejor composición?
Nutriscore penaliza las calorías, grasas saturadas, azúcar y sal.
la bollería, los embutidos y aperitivos tienen en común una composición nutricional poco saludable, con demasiados azúcares o grasas.
Además la OCU advierte de que este sistema se realiza en alimentos procesados, por lo que si un producto tiene la A no significa podamos consumirlo sin control ninguno.
Sin embargo este etiquetado ha creado toda una polémica en torno al jamón ibérico, uno de los productos estrella de la gastronomía española y con una valoración positiva.
La polémica viene en que el jamón es considerado alimento procesado igual que la carne enlatada, las salchichas o el salmón ahumado, cuyo consumo debemos moderar en frecuencia y cantidad,
Si el jamón no es considerado según esta clasificación cómo un alimento saludable, ¿qué ocurre con el resto de embutidos?
La OCU ha realizado un estudio para ver qué embutidos tienen la mejor clasificación y cuáles la peor, y hay sorpresas.
El jamón ibérico y el jamón serrano se encuentran entre la D y la E, la peor valoración junto a otros embutidos como el chorizo ibérico, el salami o el lomo. Esto es porque tienen un alto contenido en grasas saturadas y en sal.
Ningún embutido ha conseguido la A de producto saludable y solo dos tienen la B, el jamón cocido y la pechuga de pavo.
Entre los menos aconsejables el chorizo, el salchichón y la longaniza. Esto no significa que no podamos comerlos, lo que marca Nutriscore es dentro de una familia de alimentos procesados cuales se pueden o deben consumir con más frecuencia y de cuales no debemos abusar.
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