Sus múltiples propiedades ya eran conocidas en el antiguo Egipto siendo utilizada por reinas como Nefertiti y Cleopatra: hablamos de la manteca de karité, algo tan cotidiano que nunca has pensado en la cantidad de beneficios que puede tener para tu belleza. Es económico y fácil de encontrar. Ya no tienes excusa para empezar a utilizarlo.
Suele ser un ingrediente muy utilizado para aumentar la capacidad de suavizar y nutrir de cosméticos para el cuerpo, para la cara y para el pelo.
Está compuesta por ácidos grasos, es rica en vitaminas A, E y F y cuenta con alcoholes triterpénicos, karitene, alantoína, esteroles, tocoferoles y compuestos fenólicos.
Tiene muchas propiedades hidratantes, regeneradoras, cicatrizantes, antinflamatorias y antienvejecimiento.
Pero quizá haya algunos usos de la manteca de karité de los que nunca hayas oido hablar.
Suaviza las arrugas y marcas de expresión, hidrata sin engrasar, calma las irritaciones del pañal en los bebés, cuida el cabello antes y después del lavado, evita el envejecimiento prematuro, alivia las quemaduras del sol, los eritemas y urticarias, alarga y mantiene el bronceado, sirve para descongestionar el contorno de ojos, para calmar la piel después de la depilación, trata la sequedad y las boqueras de los labios, sirve para hidratar y mejorar las manos secas y agrietadas, endurece las uñas, hidrata los talones agrietados, previene las estrías, acelera la regeneración de las cicatrices. Además calma la piel tras el afeitado, mejora los problemas dermatológicos leves, crea efecto barrera en a piel, nutre el pelo de la barba y calma las rozaduras producidas por ropa y calzado.
Pero es importante que la manteca de karité sea de buena calidad, en muchas ocasiones lo que encontramos son productos industriales que mezclan un poco de manteca con otros ingredientes.
Para saber si la manteca de karité es de calidad tiene que tener en su composición únicamente Butyrospermum Parkii Butter (manteca de karité). Además debe llevar certificación oficial de producto ecológico y debe oler a fruto seco ligeramente, su color debe ser marfil y su textura firme.
Si no tiene olor, está perfumada, tiene textura untosa o un color diferente al marfil, no será pura.
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