El párroco pide cautela a la hora de acudir a misa tras ver cómo han quedado algunas calles a una semana de la nevada. Por ello, no le importa retrasar las ceremonias con tal de que atrevidas como la que está al teléfono vayan con cuidado.
Parece que con ella va la cosa, ya que apenas sale de casa por seguridad. Tampoco le afecta la segunda bronca de Isidro Montalvo, molesto con todos los que renuncian a un buen plato de lentejas o judías por mantenerse a tono.