Pese a dar con una mujer de pocas palabras, el compañero de Isidro Montalvo va a repetir el peligro de la nevada y los bloques de hielo que quedan en la entrada de la iglesia: «Ayer Alfonsa se pegó un resbalón…», recordaba.
Tampoco necesitaba la advertencia una atrevida que agradecía la llamada y pedía al párroco que le colgase porque le estaba entrando otra. «Pues que espere«, le dejaba claro el Padre Montalvo aunque de muy poco sirviera…
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