Se trata de Stefan Mandel. Este matemático rumano creó con sus conocimientos en probabilidad la fórmula perfecta para convertirse en millonario. Y todo de forma legal.
¿Sabías que….
Fue el 4 de marzo de 1812 cuando se celebró el primer sorteo de la lotería Nacional en nuestro país. Los billetes de lotería estaban fraccionaron en cuartos – no en décimos, como ahora. Cada cuarto de lotería tenía un precio de diez reales. Y su apariencia tenía poco que ver con la actual
Todo comenzó mientras este trabajaba como economista allá por los años 50. Mandel analizó el sorteo de loterías estatal de Rumanía, llevó a cabo varios cálculos y diseñó un método que desafiaba al sistema. Con una combinación de operaciones podía predecir hasta cinco de los seis números ganadores.
El matemático había estudiado bien este aspecto y quiso ponerlo en práctica junto a otros tres amigos que también se animaron a participar. Con la fórmula que había creado aspiraba a conseguir el segundo premio, acertando cinco números. Para su sorpresa, todos ellos fueron agraciados con el primer premio al acertar la combinación completa de seis números.
Todo había salido a pedir de boca. Con el dinero en el bolsillo y confiado, decidió abandonar su país y probar su método en otros países. El matemático viajó a Australia y lo puso en práctica. No obstante, el sistema era diferente y su fórmula no tuvo el mismo efecto. Mandel tenía un nuevo reto por delante: establecer nuevos procedimientos.
Así, el matemático decidió optar por hacerse con el mayor número de combinaciones posibles, de manera que la probabilidad de acierto estuviera de su parte. La clave de este método es comprar todas las combinaciones posibles de números, siempre que el premio sea mucho mayor que lo invertido en todos los boletos.
Este ya tenía una gran cantidad de dinero embolsada y lo invirtió en esta nueva fórmula, con la que consiguió ganar la lotería del país en ¡hasta 12 ocasiones! Tanto es así que Australia cambió el sistema de su lotería para prohibir su método.
Tras haber exprimido el sistema de loterías de Australia, Mandel decidió apuntar hacia otro lugar. Su siguiente parada fue Estados Unidos. En Virginia este se topó con un sorteo cuyos boletos eran realmente baratos (un dólar cada uno) y había un total de 1,7 millones de combinaciones posibles. No obstante, el premio por tener el boleto ganador era mucho mayor que lo invertido.
Una vez más este volvió a poner en práctica su técnica, ganando la lotería por 14ª vez y obteniendo unas ganancias de 30 millones de dólares. Esta práctica hizo que su nombre llegara hasta la CIA y el FBI, por los que fue investigado. El sorteo se vio obligado a limitar el número de participaciones que se adquieren por persona.
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