Comenzamos con el pelo y para ello utilizaremos el champú de aceite de Argán de Cien, muy recomendable por sus propiedades desenredantes, antiestáticas y acondicionadoras para nutrir y suavizar. Por eso si tienes el pelo rizado te ayudará a desenredarlo mucho mejor. Retiene la humedad y por eso hidrata, además es antiestático y acondicionador y huele muy bien.
Dos o tres veces a la semana podemos complementar su uso con la mascarilla de Aceite de Argán de la misma línea que nos aporta volumen y evita esa sensación de pelo con electricidad. Aplicamos de medias a puntas.
Los dos productos contienen keratina que ayuda a fortalecer y evitar la rotura del cabello.
Funcionan sobre la fibra capilar y sobre el cuero cabelludo por eso conseguimos un acabado muy completo.
El último paso es aplicar aceite elixir de argán de Cien, en las partes más dañadas, veinte minutos antes de lavarte el pelo, para conseguir así un pelo más fuerte y brillante y sobre todo protegido frente a los agentes externos. No engrasa y nutre.
Si eres constante con esta rutina tendrás una piel más que hidratada.
Se le conoce también cómo oro del desierto y se obtiene tras un proceso de secado de los frutos del árbol de Argán expuestos al sol. Una vez secos, se extrae la semilla de la almendra manualmente y pasa a prensarse en frío. Esto es un proceso mecánico en el que no se utilizan de químicos. contiene antioxidantes y vitaminas A y E que nos ayuda a regular nuestra piel para que se vea sana y tersa.
Es especialmente beneficioso para el cabello y la piel por sus propiedades hidratantes. Por esta razón cada vez se utiliza más en cosmética.
Su uso regular reduce las arrugas debido a los antioxidantes que contiene, además aumenta la elasticidad de la piel. Repara y nutre la piel seca e hidrata sin engrasar las pieles con tendencia acnéica.
Aporta brillo y suavidad al cabello, repara las puntas abiertas y desenreda y facilita el peinado.
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