El pasado domingo la muerte repentina de Carlos Marín conmocionó al mundo de la música. Sus compañeros de profesiones dejaron en las redes sociales su reacción y el apoyo hacia los seres queridos de uno de los miembros del grupo Il Divo.
El abogado del artista, Alberto Martín, ha hablado acerca del fallecimiento del mismo. «La familia está destrozada, como os podéis imaginar», contaba.
«Todavía no nos lo creemos. Ha sido casi de un día para otro y esto es como un mal sueño… muy mal, como una pesadilla», comunicaba el abogado del fallecido.
«La verdad es que no nos entra en la cabeza», reiteraba en su intervención en Ya es mediodía. Sus familiares no dan crédito a lo ocurrido tras perder a una persona de 53 años con tanta vitalidad y fuerza.
«Aguantó mucho antes de ir al hospital, y creo que esto tampoco ha sido bueno», consideraba Alberto Martín. «Era una persona muy trabajadora, luchadora, deportista… y quizá debió acudir un poco antes» al centro de salud para que fuera atendido.
Comenzó a encontrarse mal a principios de mes y a tener síntomas, y tras su ingreso el 7 de diciembre, el abogado manifiesta que a partir de entonces «empezó a empeorar, hasta que tuvieron que entubarle y ponerle en coma inducido, precisamente para darle el tratamiento y poder recuperarle», aunque no haya podido ser, comunicaba.
Además, habló de la responsabilidad del artista con respecto a la situación pandémica. «Era una persona muy centrada y razonable y ya estaba vacunado, pero esto no te no inmuniza al cien por cien y a él le ha atacado muy fuerte», detallaba.
«Lo que pasa es que ha evolucionado negativamente porque los pulmones habían sido muy afectados», lo cual termina por afectar a la respiración.
El abogado ha comunicado que desconoce dónde se pudo contagiar Carlos Marín, pero que todo apunta a que «cuando estuvieron en el concierto de Maspalomas en Canarias».
De todas maneras, «las precauciones que tomaban (el cuarteto musical) eran máximas e incluso volaron en un avión privado a Reino Unido». «Ahora tenían una gira por todo el sur de Inglaterra, en Yorkshire, Londres. «Se cuidaban mucho y le daban mucha importancia a su profesión, pero claro, todo no se puede controlar», anunciaba.
Hasta el momento, se estudia el trato médico recibido en Manchester, pero el letrado anuncia que hay que analizar si hubo tiempo para controlarlo y que se le hubiera podido salvar la vida a , «que era lo más importante», expresó.
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