Ahora, y debido a la fulminante e inesperada ruptura que anunciaban este mes, hemos sabido que el matrimonio nunca se llegó a formalizar. Las influencers nunca llegaron a estar oficialmente casadas, ya que no realizaron los trámites administrativos correspondientes en el Registro Civil.
«Es cierto que no hemos formalizado nuestra unión firmando un papel, es un trámite que hemos ido alargando porque en realidad somos un desastre», desvelaba la catalana en unas declaraciones a Vanitatis.
«Lo teníamos pendiente desde hace tiempo, nunca nos ha parecido que fuera tan importante, la verdad, pero por supuesto era algo que íbamos a hacer», aclaraba.
Para restar importancia a la situación, la influencer matizaba sus palabras: «… de todas formas, nuestro matrimonio se celebró el día que decidimos darnos el «sí, quiero» rodeadas de la gente que queremos y que nos quieren. Desde ese momento estamos unidas, y de eso no hay lugar a dudas», explicaba para dejar claro el tipo de relación que tenían.
Fue una boda preciosa… Javier Calvo y Carlos Sadness oficializaban una ceremonia donde las novias, vestidas de blanco con los diseños de Ze García, recibían a su grupo de familiares, allegados y celebrities.
Lamentablemente la expareja ha dejado atrás una etapa y ahora se encuentran distanciadas. Dulceida por su parte se ha trasladado a Ibiza para cumplir con compromisos profesionales, desde donde declaraba que «… no estamos pasando un buen momento y hemos decidido pasar este mes separadas. Yo voy a estar en Ibiza y ella va a estar haciendo sus cosas».
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