Con la llegada de las vacaciones seguro que estás deseando recuperar la costumbre de la siesta. Pero para no alterar el ciclo de sueño nocturno y no tener dificultades para dormir, la siesta no debe durar más de veinte minutos.
Si tienes piscina en tu casa o en tu lugar de vacaciones darte un baño antes de acostarte te ayudará a relajarte y a preparar tu organismo para dormir.
Procura no ingerir muchos líquidos antes de dormir, esto evitará que tengas que levantarte para ir al baño en mitad de la noche. Además, hacer algunos ejercicios de respiración antes de dormir pueden ayudarte a relajarte después de un intenso día de playa, piscina y excursiones.
Procura cenar al menos dos horas antes de dormir y que sea algo ligero y sin grasas. En verano es normal que cenemos más tarde debido a las horas de luz.
Además, procura acostarte siempre a la misma hora ya que la melatonina, la hormona que nos ayuda a dormir, se libera al menos tres horas más tarde en las personas con ciclos irregulares de sueño.
En general, en verano nos volvemos mucho más activos. Salimos a correr, caminar, nadamos en el mar o en la piscina. Hacer deporte te ayudará a liberar endorfinas, la hormona relacionada con el placer y el bienestar. Lo mejor es practicarlo por la mañana o al menos dejando dos horas entre el ejercicio y la hora de irnos a la cama.
También el verano puede ser un buen momento para desconectar de móvil y dejar de consultar redes sociales o televisión . Todo esto puede ayudarte a dormir mejor.
Si en tu dormitorio hace mucho calor, puedes bajar la temperatura poniendo en marcha el aire acondicionado antes de acostarte, así cuando te acuestes estará fresquita. Un truco es poner un cuenco con hielo delante del ventilador, la sensación será mucho más agradable y el fresquito se mantendrá por mucho más tiempo.