Y recuerda: destierra de tu habitación el móvil, la tablet, la tele… la luz azul de sus pantallas reduce la serotonina y afecta a nuestro ritmo circadiano, afectando a nuestro ciclo de sueño. Además, te vamos a dar otra noticia: este tipo de luz tampoco es buena para tu piel, provoca envejecimiento prematuro de la dermis.
Sobre la temperatura toma nota: No más de 21 °C en verano ni de 19 °C en invierno. Asegurarás un sueño plácido si la temperatura se mantiene constante.
Y al levantarte abre las ventanas y ventila bien tu cama. Es necesario renovar el aire de la estancia porque una atmósfera limpia favorece el descanso.
Comienza por elegir unas sábanas de buena calidad, si compras unas sábanas de mala calidad enseguida saldrán bolitas o se deformarán haciendo que duermas peor. La mejor opción son sábanas que traspiren (de algodón, lino o seda).
Debes elegir sábanas del tamaño correcto. Si tu colchón es muy alto necesitarás una sábana bajera del mismo tamaño para que lo abarque bien y no se salgan.
Ajusta bien la sábana bajera te asegurarás así de que no acabarás enrollado en ella. Aprovecha para darle un par de sacudidas antes de ponerlas, así estará frescas cuando vayas acostarte.
Presta atención a las esquinas de las sábanas, empieza por los pies de la cama y luego por los lados. Sube manta y sábanas hacia arriba y mete lo que sobre debajo del colchón y termina remetiendo bien los laterales.
Otro elemento al que debes prestar atención para estar a gusto en la cama es el edredón.
Presta atención a los botones, si al levantarte ves que el relleno está muy abajo es porque no lo has cerrado bien. Los botones evitan que el relleno se salga y lo mantienen en la posición correcta.
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