La pandemia ha incrementado el foco de atención en la salud mental, ya que, los casos de problemas como la depresión han aumentado considerablemente como consecuencia de lo vivido en los últimos meses. Con especial preocupación sobre la gente más joven. Es en medio de este panorama cuando resulta importante aprender a entender qué nos pasa y a normalizar la importancia de prestar atención a nuestros pensamientos y emociones, no solo a las dolencias físicas. Habitualmente confundida con la depresión, la distimia es un trastorno que debemos conocer y que, dependiendo de su intensidad, también se puede confundir con una personalidad triste o negativa.
Probablemente nunca hayas escuchado esta palabra, pese a que se trata de un problema de lo más común. Tanto que, el Estudio ESEMeD-España, la distimia es el tercer tipo de trastorno mental más frecuente entre los españoles, siendo más habitual en las mujeres.
Se trata de un trastorno afectivo y que nos hace sentir especialmente tristes, apagados, melancólicos y bajos de energía. Razones por las que suele confundirse con una depresión. Es importante reconocer que no es posible estar bien y alegre absolutamente siempre y que es necesario pasar por diferentes estados de ánimo, pero la distimia sería algo así como “estar siempre triste”.
Al no tratarse de algo puntual, sino de un trastorno que se extiende por períodos de en torno a los dos años como mínimo, en muchas ocasiones tiende a ser confundida con el propio carácter de la persona. Es decir, el propio paciente que sufre distemia podría asumir que su carácter es así, de tendencia depresiva y negativa. Algo que es totalmente distinto.
Todo el mundo. De hecho, cuando se diagnostica antes de los 21 años se conoce como distimia de inicio temprano y, después, de inicio tardío.
Pese a que pueden parecer similares, la depresión es más grave que la distimia. Como parte buena se encuentra que, aunque los síntomas son similares, son menos intensos si lo que padecemos en distimia. En contraposición cabe destacar que el carácter de la distimia es más crónico que el de la depresión y no responde tanto a un suceso puntual.
Si te sientes identificado con estos síntomas y con la sensación de “estar siempre triste”, lo más recomendable es que acudas a un especialista en salud mental. Lo primero que deberá hacer un psicólogo será determinar si, efectivamente, lo que te pasa es distimia a través de una evaluación adecuada que únicamente lo profesionales pueden realizar.
A partir de entonces, será el psicólogo quien determine qué terapia es la más adecuada para seguir, intentando alejar los pensamientos negativos de tu mente para guiarte hacia una vida más feliz y plena a través de diferentes técnicas. Lo más importante es que, en caso de que sospeches que puedes padecer distimia o cualquier otro tipo de trastorno relacionado con la salud mental, no lo dejes pasar y te pongas en manos de profesionales como si tuvieras cualquier otra dolencia.
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