Es importante limitar la ingesta de Dioxinas y DL_PCB, dos compuestos químicos que llegan a nuestro organismo sobre todo a través de la alimentación. Están presentes en muchos alimentos, especialmente en productos grasos de origen animal.
Pero además se encuentran en el medio ambiente de todo el mundo y se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales.
La Organización Mundial de la Salud habla de la necesidad de realizar esfuerzos por reducir los actuales niveles de exposición, en vista del alto potencial de toxicidad de este tipo de compuestos.
Las dioxinas pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas y, de ese modo, causar cáncer. Una vez que penetran en nuestro organismo, pueden pervivir en él durante mucho tiempo debido a su estabilidad química y a que se fijan al tejido graso, donde quedan almacenadas.
La autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, afirma que está demostrado que “la exposición prolongada a estas sustancias causa diversos efectos adversos en los sistemas nervioso, inmunitario y endocrino y altera la función reproductora».
También la OCU ha publicado en la revista OCU Salud, un estudio que revela que nuestra dieta es rica en estos compuestos químicos que están presentes en multitud de alimentos, sobre todo los grasos de origen animal como las sardinas en lata, el salmón, la ternera o el yogur entero.
Estos compuestos químicos se pueden acumular en el tejido graso de animales y personas, ya que se disuelven fácilmente en la grasa y cómo explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) pueden atravesar la placenta y la cáscara de los huevos.
Son muy resistentes a la degradación, se acumulan en la cadena alimentaria y pueden mantenerse en el medioambiente durante años.
El consumo de alimentos es la vía de exposición más importante de los seres humanos a las dioxinas (un 90 por ciento)
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición «Dentro de este total, los productos derivados del pescado y otros productos de origen animal representan aproximadamente el 80% de la exposición total a través de la dieta»,
Después de analizar 28 productos de consumo habitual para comprobar la presencia de dioxinas, la OCU ha concluido que en ningún caso superan los límites legales pero afirman que comer frecuentemente alimentos grasos de origen animal incrementa la ingesta de dioxinas y que por ello es ser moderado en las cantidades y llevar una dieta en la que prevalezcan los alimentos de origen vegetal.
Sardinas en lata, leche de cabra, yogur, ternera, pollo, huevos, salmón, chocolate, huevos, mantequilla y nueces pertenecen al grupo de alimentos con mayor concentración de dioxinas.
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