El desconocimiento sobre el asunto hace unos años ha costado la vida a miles de personas, y mientras luchaba contra su enfermedad, José María Íñigo pasó los últimos años de su vida tratando de demostrar la relación de esta con los estudios de Prado del Rey en los que había trabajado durante años, alegando que se trataba de una enfermedad profesional.
Una demanda interpuesta a TVE en el año 2015 y que el presentador no pudo ver resuelta por su fallecimiento, de modo que fue su familia la encargada de continuar con su última voluntad. Esta se encargó de llevar a juicio a la corporación y no ha sido hasta ahora cuando se ha conocido la sentencia del juez.
En este punto, el Juzgado de lo Social número 2 de Madrid reconoce que el fallecimiento del presentador tiene que ver con el amianto presente en los estudios de RTVE y que, por lo tanto, su viuda tiene derecho a una pensión que deriva de una enfermedad profesional.
«Esta sentencia es favorable para los afectados por el amianto, que no solo tienen que luchar contra los efectos de las enfermedades que dicho material cancerígeno provoca, sino contra las dificultades que supone su prueba en los tribunales«, defendían los abogados de la familia del presentador.
El Estudio 1, donde José María Íñigo había pasado largas jornadas de su vida profesional, estaba insonorizado con una mezcla de materiales que incluían fibra de amianto. Las vibraciones de las estructuras que componían el plató hacía que una especie de polvo grisáceo lloviera desde el techo y que lo inhalaran todos los allí presentes, tanto trabajadores como público.
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