Según tu genética y el estilo y hábitos de vida que lleves (alimentación, ejercicio, sueño, actitud, estrés, etc.) la edad biológica será mayor o menor.
Una edad biológica inferior a la cronológica implica correr un menor riesgo de mortalidad y de sufrir enfermedades relacionadas con la edad. Lo bueno es que si hacemos pequeños cambios en nuestra vida, podemos cambiar la edad biológica.
Te contamos los factores externos que afectan a tu edad biológica
Tal y cómo recoge un artículo de la revista Semana en su sección de Salud, según un estudio de la Universidad de California (EE. UU.), las células de las mujeres que no hacen ejercicio habitualmente son hasta ocho años mayores que las de quienes hacen deporte de forma regular. Basta caminar a buen ritmo unos 45 minutos al día para tonificar tu cuerpo, disminuir el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares y proteger el cerebro.
El humo del tabaco promueve los radicales libres, grandes enemigos de las células, además de hacer que la piel pierda sus defensas frente a factores externos y destruir el colágeno. Esto supone un envejecimiento de dos años y medio por cada diez que fumemos.
La alimentación es otro de los factores que influyen en nuestra edad biológica, hacer dietas recurrentes y más si son dietas milagro, conlleva que perdamos nutrientes y vitaminas esenciales para nuestro organismo, además de alterar nuestro estado de ánimo produciendo ansiedad.
Beber alcohol reduce la cantidad de vitamina A en nuestro cuerpo, lo que produce envejecimiento prematuro de la piel, además de sequedad y descamaciones en la misma.
Tal y cómo recoge la misma publicación, un estudio publicado en la revista Neurology demostró que las personas que beben alcohol de forma habitual presentan un deterioro adicional de 2 años en sus habilidades mentales y de seis en la memoria.
Si pasas horas frente a la pantalla de tu móvil en tres meses tu vista habrá envejecido el equivalente a dos años a causa de los rayos UV, que son los que más dañan el ojo.
Y otro factor esencial es el de la actitud ante la vida, un estudio holandés demuestra que las personas tienen los telómeros (la parte final de las células) más cortos y esto acelera el envejecimiento del ADN. Algo que puede aumentar entre 7 y 10 años nuestra edad biológica.
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