Las sartenes son indispensables en nuestra cocina y probablemente las uses a diario incluso varias veces, esto hace que sea de los objetos de cocina que más se estropean y ensucian.
Además tienden a ensuciarse y a engrasarse fácilmente y por eso muchas veces conseguir que queden impecables es complicado.
Te damos algunos trucos para que tus sartenes queden cómo nuevas. Comenzamos por el más sencillo, evitar desde el principio que se pegue la comida, con estos sencillos consejos evitarás que los restos de comida se peguen a tus sartenes.
Evita cocinar sin aceite, aunque no uses mucho aceite es recomendable impregnar un poco la sartén aunque sea con unas gotas de aceite e incluso mantequilla, antes de calentarla.
Si añades sal o vinagre a lo que estés cocinando hará que los alimentos se muevan mejor y así no se peguen. Lo mismo ocurre con el agua o el limón en la base de la sartén, dan movilidad a los alimentos pero no añaden calorías.
Deja que la sartén se enfríe antes de lavarla, si la dejas en remojo mucho mejor, eso si, no todos los días, ya que puedes dañarla.
Baja progresivamente la potencia del fuego mientras cocina, así evitarás que se queme y se pegue a la sartén y si la receta que haces debe hacerse con fuego fuerte, utiliza utensilios de acero inoxidable o hierro fundido.
Además de eliminar la suciedad, desinfectan y acaban con los malos olores.
Espolvorea bicarbonato de sodio sobre el culo de la sartén hasta cubrirla por completo, añade vinagre encima, déjalo que repose unos veinte minutos.Termina frotando la zona haciendo movimientos circulares. Puedes ayudarte de un estropajo de aluminio.
El agua caliente y el líquido friegaplatos también son muy buenos para conseguir dejar la sartén y otros utensilios de cocina que se hayan chamuscado, como nuevos.
Llena la sartén con agua caliente en la que hayas echado un chorro de friegaplatos. Pon la sartén en el fuego a temperatura baja y cuando el agua empiece a hervir déjalo unos 15 minutos.
Con una espátula de plástico levanta los restos quemados, que ya se habrán ablandado. Vacía la sartén y friégala con un estropajo. Te sorprenderá el resultado.
Con el limpiador de vitrocerámica puedes conseguir que tus sartenes vuelvan a brillar.
Es tan sencillo cómo extender un poco de limpiador de vitro por la base de la sartén, dejarlo un par de minutos y retirar los restos con un estropajo de aluminio.
Por último friégala con agua y jabón.
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