Por lo general, la presencia de bambú y otros materiales vegetales en plásticos es algo que gusta y atrae a los consumidores. Pero es muy frecuente que se comercialicen plásticos que contienen fibra de bambú como si fueran de bambú, cuando su composición básicamente es plástico (y el bambú u otras fibras vegetales se utilizan como relleno dentro de una matriz plástica).
Los utensilios de plástico mezclados con fibra de bambú, no los que están hechos cien por cien a base de bambú, se siguen vendiendo en algunas tiendas físicas y online, sin embargo no son aptos para su uso alimentario, según advertía la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que explica además que «los objetos que están en contacto con los alimentos pueden estar fabricados de vidrio, cerámica, madera, plásticos, papel, caucho, silicona, metal, madera, corcho o textiles, pero deben ser seguros y no provocar cambios en las propiedades del alimento.»
Lo hacía a través de un comunicado en el que además matizaba que «los materiales plásticos que contienen polvo de bambú como aditivo y cuya composición mayoritaria es el plástico no están autorizados y pueden suponer un riesgo para los consumidores«, además de que «pueden causar la degradación acelerada de algunos plásticos y ocasionar la migración de sustancias ‘peligrosas’ para la salud a los alimentos por encima de los límites seguros si son ingeridas, si bien los utensilios hechos de fibra de bambú sin modificar “son completamente legales y están exentos de riesgos para el consumidor.”
La cáscara de semillas de girasol es el único aditivo vegetal admitido por la legislación europea para la fabricación de utensilios de plástico destinados a entrar en contacto con alimentos, subrayaba la OCU que además puntualizaba que han sido más de cincuenta las veces en las que los últimos años, las que las autoridades sanitarias de la UE han notificado alertas asociadas a la transferencia en este tipo de productos de melanina y formaldehído, dos sustancias tóxicas para la salud, en cantidades que superan los límites de seguridad.
#Alimentación ⚠ Advertimos que los utensilios de plástico con bambú no son aptos para uso alimentario: existe riesgo de migrar a los alimentos sustancias tóxicas para la salud en cantidades que superan los límites de seguridad https://t.co/sPxFiNWHQr
— OCU (@consumidores) September 12, 2021
Si te gusta el bambú para este tipo de productos y quieres asegurarte de que están hechos sólo de este material debes leer la composición en las etiquetas y saber que los materiales plásticos que contienen polvo de bambú como aditivo pero que están hechos de plástico suponen un riesgo par nuestra salud y no están autorizados.
Sin embargo, tal y como recoge la OCU en su web: «los utensilios 100% bambú, productos hechos de fibra de bambú sin modificar que ha sido cortada o moldeada están autorizados, son completamente legales y exentos de riesgos«.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios, si tienes algún producto de bambú en casa, lo más aconsejable es desecharlo o si es posible devolverlo al establecimiento, ya que suponen un riesgo para el consumidor.
Se trata de productos que además llevan en sus etiquetas adjetivos cómo “ecológico”, “biodegradable”, “compostable”, “natural” u “orgánico”, que según la Organización, “suelen ser falsas en la mayor parte de los casos, salvo las que están certificadas”, y normalmente se trata de productos fabricados “básicamente a partir de plástico”. Tal y como explican, «pese a utilizar sustancias de origen vegetal como aditivo, estos objetos no dejan de ser productos de plástico. Es más, en estos productos, las fibras vegetales son un aditivo, lo que hace que el plástico no sea reciclable y que el producto sea menos ecológico.«
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