Afecta a unas cinco mil personas al año en el mundo y tiene buen pronóstico: el 70% de los pacientes se recupera con el tiempo. Se trata de un problema nervioso que paraliza los músculos de un lado de la cara que en la mayoría de los casos es temporal.
Su origen es desconocido, aunque parece que una de las causas más comunes es el estrés prolongado en el tiempo.
No se conoce con exactitud la causa. Se cree que es resultado de la hinchazón e inflamación del nervio que controla los músculos de un lado de la cara. También puede ser una reacción después de una infección viral. El nervio se inflama e hincha.
Sus síntomas aparecen de repente y son debilidad de los músculos faciales que hace que la mitad de la cara se vea caída, uno de los ojos no cierra del todo y sólo podemos sonreír de un lado. Además puede haber babeo, dolor de mandíbula y cabeza, pérdida del gusto y mucha producción de lágrimas y saliva.
La detección precoz es muy importante y el tratamiento normalmente incluye fisioterapia para facilitar el movimiento, estimulando el nervio facial y ayudará a mantener la tensión muscular mediante ejercicios y masajes y en algunos casos acupuntura para estimular nervios y músculos en puntos locales en el lado de la cara afectada, manos y pies.
Si presentas un cuadro de estrés crónico quiere decir que tu organismo está en alerta de forma constante. Y esta situación origina varios problemas de salud. Estos son los más habituales:
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