A la hora de hacer la compra, ahorrar, no tirar comida y no arriesgar la salud es esencial conocer los tiempos de conservación de los alimentos. En la nevera todo dura bastante más pero hemos de tener cuidado porque aún así los alimentos caducan.
Por ejemplo, el embutido aguanta en la nevera de 3 a 5 días, pero debes tener en cuenta que por ejemplo el jamón de york es más delicado que un buen chorizo curado y por eso dura un par de días en buen estado. El jamón serrano y la cecina aguantan bastante bien pero suelen quedarse secos.
En el caso del bacon y las salchichas. El tiempo recomendado para su almacenamiento seguro en la nevera es de siete días y en el caso de las salchichas frescas como mucho dos días. Lo mismo pasa con la carne picada que dura dos días en perfecto estado en la nevera.
La carne de pollo limpia y cruda durará entre 1 y 2 días en perfectas condiciones, ya sea entero o troceado. La carne de ternera o cerdo de tres a cinco días. Ten en cuenta que los trozos grandes aguantan mejor que los filetes finos.
El pescado es mejor comerlo el mismo día de su compra o al día siguiente ya que muchos de ellos como la merluza o la pescadilla tienen muchas probabilidades de tener anisakis. Para evitar riesgos, congela, ya que el anisakis no resiste a la congelación.
Los huevos aguantan en la nevera tres o cuatro semana y los platos que lleven huevo en su composición como la mayonesa o las ensaladas unos tres días. En cuanto a los pasteles y tartas aguantan en un tupper de cristal y de 3 a 4 días durarán perfectamente.
En el caso de la leche, un tetrabrik abierto solo dura unos 5 días en la nevera. Ten especial cuidado con la leche fresca o pasteurizada, consúmela como mucho tres días después de abrirla. La mantequilla puede durar hasta un mes pero procura no ponerla en la puerta de la nevera porque es donde más cambios de temperatura hay.
Las frutas y hortalizas de verano u origen tropical, amantes del sol, llevan fatal el frio de la nevera, es mucho mejor conservarlas en un frutero. Lo mismo pasa con las patatas, ajos y cebollas.
Igual ocurre con el pan, el chocolate y café, debes guardarlos fuera de la nevera, en una panera o recipiente alejado de cambios de temperatura, humedad y luz.
Según la OCU, una cuarta parte de las intoxicaciones alimentarias se deben a una inadecuada refrigeración, así que no olvides tener especial cuidado a la hora de conservarlos y si tienes dudas sobre cuando te los vas a comer, mejor congela.
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