Te contamos cómo usarlas, cuándo cambiarlas y cómo mantenerlas en buen estado.
Te damos todas las claves para que limpiar con bayeta sea coser y cantar.
Si usas la misma bayeta para todo estarás moviendo gérmenes y suciedad de un sitio a otro.
Para la cocina necesitarás al menos dos bayetas, una para la encimera, la vitro y el fregadero y otra para el resto de superficies y electrodomésticos.
Mejor si son de microfibra, también te servirán esas camisetas que ya no usas siempre que no dejen hilos.
Para el baño necesitas tres, una para la bañera o ducha y los azulejos, otra para el inodoro y otra para secar el agua que las otras dos dejan.
Las de microfibra son estupendas para muebles y objetos de decoración y puedes añadir un producto de limpieza especifico.
Para los cristales y espejos las mejores son las de fibra de bambú.
Ten una bayeta específica , ahora más que nunca, para todo aquello que agarre o cierre, tiradores y pomos.
Las bayetas acumulan muchas bacterias así que es esencial que las limpiemos con jabón cada vez que las usamos y las dejemos secar al aire. Si son de uso rápido, para quitar restos de comida por ejemplo, bastará con aclararla y escurrirla bien.
Lo mejor es lavarla después de cada uso, aclarar con agua tibia y nada más. También puedes ponerlas a remojo durante una hora, si añades lejía ten cuidado con las de microfibra, ya que pueden decolorarse.
Las bayetas no tienen una caducidad concreta, simplemente cámbialas antes de que esté deterioradas y los gérmenes comiencen a estropear el tejido.
Lo normal es después de seis o siete semanas pero depende del uso que les des.
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