El paro, los salarios bajos, la elevada esperanza de vida y la baja natalidad son algunas de las razones que están llevando cada vez a más gente a interesarse por los planes de pensiones, además de ser el gran yugo con el que tiene que lidiar el sistema público de pensiones.
La edad mínima para contratar un plan de pensiones en España son los dieciocho años, en cuanto a la edad máxima aunque según Mapfre, la normativa no la indica, es evidente que no se puede ser partícipe del mismo plan del que se es beneficiario. Por lo tanto más allá de la jubilación ordinaria, que este año se ha fijado en los 66 años, no se puede contratar un plan de pensiones, como explica la compañía de seguros en declaraciones a El economista.
Aunque eso si, una vez jubilados si se puede continuar realizando aportaciones siempre que se destinen a dependencia y fallecimiento.
El público objetivo en España de los planes de pensiones es de 30 millones de personas, que es el número de habitantes del país que está comprometida entre los 18 y 66 años, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
En cuanto a la edad ideal para contratar el plan de pensiones, los expertos coinciden en que se haga lo antes posible.
El BBVA en declaraciones al mismo medio explica que la mayoría de las personas adquiere un producto de este tipo entre los 35 y 55 años.
Aunque la edad más adecuada según explican desde Mapfre, para hacerlo y tener una buena cantidad ahorrada cuando llegue la jubilación son los 35 años.
Algunos bancos cómo el Sabadell han elaborado una tabla informativa para saber cuánto ahorraría una persona a los 65 años si destina 100 euros al mes para un plan de pensiones que ofrece una rentabilidad del 3%.
Las cifras se sitúan entre los 115.000 euros si se empieza a ahorrar a los dieciocho años y los 6500 si empieza su ahorro a los sesenta años. Situándose en los 45.000 euros si se empieza a ahorrar a los cuarenta años.
En cuanto a qué tipo de plan contratar la recomendación general es empezar con planes agresivos con altas rentabilidades, para luego cambiarse a la renta fija.
Los planes de renta variable son más arriesgados pero proporcionan mayores ganancias, mientras que los de renta fija son más conservadores.
Los ahorradores españoles acumulan dinero en instrumentos financieros por valor equivalente al 13% del PIB, entre planes de pensiones privados y colectivos de empresa. Una cifra que sitúa a España lejos de países cómo Irlanda (70%), Finlandia (99%), Suiza (127%) o Países Bajos (180%).
Aunque la previsión a medio y largo plazo es alcanzar el 30 por ciento.
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