Seguro que has oído muchas veces eso de “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Este refrán hace referencia a una verdad científica: nuestro metabolismo es más rápido de día que de noche. Sin embargo, conviene desmentir varios mitos acerca de la última comida del día.
Teniendo en cuenta lo anterior, a partir de las 20 horas tu organismo tardará más en quemar las calorías de la fruta que consumas. Es por ello que debemos tener más precaución con lo que comemos de noche, por lo que es recomendable evitar, por ejemplo, frutas hipercalóricas.
Hay un mito muy extendido según el cual no deberíamos tomar la fruta de postre porque engorda. En realidad, esto es falso: estos alimentos tienen un gran poder saciante, por lo que vienen genial para reducir las ganas de comer. Así que no hay problemas con comer fruta antes o después de las comidas.
Tampoco falta gente que atribuye a ingerir fruta en ayunas beneficios casi milagrosos. Sin embargo, sus creencias carecen de toda base científica: una fresa tiene propiedades antioxidantes tanto si te la comes con el estómago lleno como vacío.
Lo anterior solo presenta una excepción que cualquier atleta profesional conoce bien: tomar un plátano antes de hacer deporte ayuda a prevenir las lesiones debido al potasio. No obstante, si te lo comes después, te beneficiarás de su gran poder saciante y de sus propiedades como antiácido.
Al igual que hay frutas hipocalóricas (sandías, fresas, melones, etc.), también existen otras con mayor aporte calórico. Con esto no queremos decir que las apartes de tu dieta, tan solo procura reducir su cantidad y no comerlas por la noche, ¿de acuerdo?
Teniendo en cuenta lo anterior, estas son las frutas que más engordan ordenadas de más a menos. Entre paréntesis tienes el índice de Kcal/100 g.
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