¿Recuerdas que poner a tus hijos a ordenar la casa era uno de los planes estrella para entretenerlos durante la cuarentena? ¿Por qué no establecer para siempre este hábito? ¡Todos saldréis ganando!
Ni te imaginas lo importante que es que los niños colaboren en las tareas del hogar. Es un enorme beneficio para ellos: aprenden el sentido de la responsabilidad, del trabajo, el respeto a la familia y lo más importante desarrollan su autonomía
Al igual que pasa con dedicar tiempo a la lectura o con llevar hábitos de vida saludables, también es posible educar a nuestros hijos en las tareas domésticas. Los padres somos su modelo de conducta, de modo que, si nos ven limpiar y ordenar la casa, nos imitarán.
Ten en cuenta que “servirles de ejemplo” no significa hacerlo todo tú. Deja que tus hijos experimenten por sí mismos y que se equivoquen: solo así aprenderán cómo se hacen las cosas. ¡Sé paciente!
Si consigues que los niños vean las tareas domésticas como algo divertido, nunca más volverán a remolonear a la hora de hacerlas. Si, aun así, se resisten a ayudarte, siempre puedes probar nuestras alternativas para cuando los hijos no obedecen a la primera.
Ordenar su cuarto mientras escuchan música, recibir tus halagos por el trabajo bien hecho o convertir la limpieza en un juego te garantiza que se comprometan al máximo. También puedes pedirles que se especialicen en determinadas tareas según sus habilidades (por ejemplo: los más cocinillas pueden ayudarte como pinches). De este modo les ayudarás a sentir que son importantes y especiales.
Tus hijos nunca deberían verse desbordados por las tareas domésticas. Es necesario acostumbrarles a ellas poco a poco, permitiéndoles ayudar en proporción a su edad. Así, los más pequeños pueden participar en los quehaceres simples (por ejemplo: poner la mesa), mientras que los mayores pueden desempeñar labores más complejas (por ejemplo: tender la ropa.).
Está demostrado que la mejor forma de involucrar a nuestros hijos en los quehaceres de la casa es que comiencen ocupándose de sus propias cosas. Lógicamente, limpiarán con más esmero sus juguetes que la mesa del salón.
Es muy posible que la participación de nuestros hijos en las tareas domésticas no sea satisfactoria (sobre todo al principio). Sin embargo, recuerda que una palabra de ánimo puede ser de gran ayuda para que no aborrezcan este tipo de labores en el futuro. A fin de cuentas, a la perfección se llega por medio de la práctica.
Como ves, lograr que tus hijos ayuden en casa no es tan complicado si sabes cómo motivarlos. En definitiva, la clave del éxito reside en empatizar con ellos y tratarlos como te gustaría que te tratasen a ti.
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