A menudo nos quejamos de lo rutinaria que es la vida: el trabajo, los niños, ir a la compra, los atascos… Pero, gracias a esos actos cotidianos logramos ubicarnos en el tiempo. La pandemia nos ha arrebatado esos hábitos y, en consecuencia, nos sentimos como pollos sin cabeza.
Distanciamiento social, cierre perimetral, teletrabajo, toque de queda, bares cerrados… En general, nada de esto nos invita a salir de casa y, claro, la rutina acaba volviéndose aplastante. Al final, ya no sabemos ni en el día que vivimos, lo que nos acaba generando estrés, ansiedad y, en el peor de los casos, depresión.
No nos cansaremos de repetirlo: el deporte es un antidepresivo natural. Cualquiera que sea tu edad o forma física, seguro que hay una actividad perfecta para ti. Rétate a superar los resultados del día anterior para sentirte más motivada.
¿Sabías que no es necesario gastar dinero para ponerte en forma? Solo tienes que seguir nuestros consejos sobre cómo montar el gimnasio en casa con cosas que tienes a tu alrededor.
Para que nuestra relación de pareja no explote a causa de la rutina, lo mejor es que cada uno conserve una parcela de intimidad, sin perjuicio de mantener una comunicación fluida. Recuerda que, tal y como te contábamos en nuestros consejos para aguantar el confinamiento en pareja, “en el término medio está la virtud”.
No pierdas el contacto con los amigos y familiares. Aunque no puedas tenerlos físicamente a tu lado, tenemos la tecnología de nuestro lado. Videollamadas, e-mail o apps de mensajería te ayudarán a sentirte más cerca de ellos.
Asegúrate de tener algo que hacer si no puedes con el aburrimiento. No nos referimos solo a obligaciones, sino también a cultivar tus aficiones. En este punto, es importante no pegarse atracones de un mismo hobby: lo ideal sería dedicarle un poco de tiempo a cada uno de ellos.
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