Llega septiembre y, con él, el final del idílico periodo vacacional. El regreso a la rutina conlleva momentos y situaciones que para muchos pueden llegar a ser complicadas de afrontar. Retomar los horarios del trabajo, o la vuelta al cole de los niños, entre otros, nos pueden llegar a suponer elevados niveles de estrés. Pero ¿qué ocurre en la pareja? ¿Es posible que el fin del verano pueda llegar a afectar nuestra relación?
Las vacaciones de verano tienen los ingredientes básicos para que una relación sea más bucólica, y los problemas que podíamos tener antes desaparecen por lo menos temporalmente. Esto se debe a que tendemos a estar más relajados y, por supuesto, a que contamos con más tiempo de ocio que, en la mayoría de ocasiones, lo dedicamos a compartir con el otro miembro de la pareja. Además, por norma general, durante el periodo vacacional, estamos más predispuestos a disfrutar, a dejarnos llevar y, por ende, pasamos más cosas por “alto” con el fin de evitar un conflicto, algo que quizás en otra época del año no haríamos.
La vuelta a la realidad puede llegar a ser, sin duda, un gran detonante para el conflicto en pareja. Y si lo pensamos tiene sentido, pasamos de estar sin horarios, sin prisas, compartiendo mucho tiempo juntos y de mayor calidad, y de un día para otro todo eso acaba, nos despertamos y ya hemos vuelto a nuestro día a día.
TherapyChat, plataforma de psicología online, ofrecen cinco tácticas para evitar caer en ello
No hay receta mágica que indique que si llevas “x” tiempo con tu pareja la vuelta a la rutina te vaya a afectar menos. En realidad, depende de cómo esté cultivada la relación en sí.
Si nos basamos en pilares fundamentales como pueden ser la comunicación y la asertividad, independientemente de la duración de la relación tendremos más herramientas para afrontarlo de manera saludable. También hay que normalizar que no siempre vamos a estar al 100% en nuestra relación, pero sí que podemos conseguir las claves necesarias para superar los momentos de mayor tensión.
Puede que nuestro primer instinto sea pensar que en las relaciones duraderas la pareja se conoce mejor (que no siempre, por cierto) y que por ello ya están acostumbrados a este tipo de situaciones por lo que se verán menos afectados. Pero, si esa relación por muy duradera que haya sido, es tóxica o hay algún factor que la esté entorpeciendo, septiembre puede hacerse muy cuesta arriba.
Por otro lado, desde un punto de vista de una relación que apenas ha comenzado, probablemente pensemos que quizás les vaya a costar un poco más, ya que todavía no han tenido tiempo de conocerse en ese contexto y tengan que enfrentarse a ello por primera vez. Pero, ¿y si lo cogen con más ganas por el hecho de comenzar la rutina juntos, de volver a la ciudad y embarcarse en proyectos nuevos? Eso sin duda actuaría como factor de protección a la hora de afrontar la vuelta de vacaciones.
María Mavji, sexóloga y directora de operaciones en TherapyChat, asegura “la vuelta de las vacaciones se nos hace difícil a todos, podemos proyectar esta frustración en la pareja o apoyarnos en ella para poder comenzar la rutina con más energía y todo ello depende de cómo estemos dispuestos a cuidarla y cómo nos encontremos en ese momento de la relación”.
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