Por eso es importante reforzar tu rutina facial, si es que ya la tienes o comenzar a tenerla si es que todavía no la tienes.
Por muy buenos productos que utilices no servirán de nada si no limpias tu piel en profundidad.
Procura utilizar limpiadoras muy cremosas o con efecto tirante para evitar la flacidez propias del rostro o el cuello. Y mejor si es una crema densa, ya que limpiará e hidratará mucho más el rostro que con la edad tiende a la sequedad.
Mucho mejor si tu limpiador lleva retinol, que activa el proceso de renovación de la piel y favorece la formación de colágeno.
No te olvides de la piel del contorno de ojos y si tienes propensión a las bolsas úsalo mejor sólo por la mañana.
Utiliza una crema con protección en rostro, cuello y pecho.
Tengas la edad que tengas siempre debes hidratar tu piel, aunque a partir de los cuarenta es preferible utilizar cremas espesas que combatan la sequedad y aporten vitaminas y antioxidantes.
El maquillaje se mete en líneas de expresión y arrugas y esto acentúa los signos de envejecimiento así que olvídate de utilizar maquillajes oscuros y opta por una base natural e hidratante que no marcará tanto tus líneas de expresión. Si usas un tono nude te quitarás cinco años del tirón.
La clave del éxito a los cuarenta está en ser constante. Una rutina de belleza diaria hará que tu piel recobre vida.