La consulta que nos enviaba Altea a atrevete@cadenadial.com, decía lo siguiente: «Mi hija tiene solo ocho años y ha comenzado a tener una prepubertad temprana, cosa que me asusta mucho. La doctora me ha dicho que no me recomienda ponerle ningún tratamiento», comentaba.
«Pero lógicamente me da miedo que esos cambios le pueden afectar a ella, y cómo le puedo explicar el proceso del periodo, de la regla. A veces tiene cambios repentinos en su carácter y nos deja asombrados, y ella misma se avergüenza de esos mini-enfados que tiene con muy poca frecuencia, pero ahí están…», proseguía.
Son casos excepcionales, pero puede llegar a ocurrir. En ocasiones se decide aplicar medicación, pero en otras muchas se decide que no.
Con respecto al tema del periodo o la regla, lo mejor es hablar con nuestro hijos. «La educación sexual ya no es cuestión de que tenga ocho años. Es una cuestión que tienen que saber», aconsejaba Rocío.
En estos casos hay que aplicar un equilibrio entre tengo una niña y tengo una adolescente. Y esto es algo realmente muy complicado.
«Una parte muy interesante es la gestión de emociones», indicaba Rocío. «Si ella se enfada y tiene que ver con lo hormonal, con lo fisiológico, tendrás que enseñarle a controlar la ira. Lo que tendrías que hacer más adelante, te tocará ahora», decía nuestra experta.
La pauta a seguir requiere de paciencia, pero es sencilla: tendrás que retirarte. «Aunque vaya diciendo barbaridades y pegue un portazo al final del pasillo, te contienes. Porque si entras con ella a discutir a mitad de pasillo solo te enzarzaras en un bronca nueva que no resolverá nada», aconsejaba.
Cuando la encuentres más tranquila, habla con ella sobre sus emociones, sobre lo que ha pasado y qué podes hacer para que no vuelva a ocurrir.
Amiga, te toca lidiar con una niña que a la vez es una preadolescente antes de tiempo, y no te queda más remedio que encontrar ciertos equilibrios. Haz de modelo y controla con calma la situación. Ánimo!!
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