Si tienes perro debes saber cuál es la mejor rutina de higiene que puedes ofrecerle. Y aunque no es necesario que le bañes todas las semanas, sí que hay algunas zonas que debes vigilar porque seguramente necesiten una limpieza de vez en cuando.
Concretamente, los ojos son una zona delicada y es esencial que la cuides bien. Los caninos están en casa y en la calle sin pensar en lo que les rodea, por eso, su vista puede verse afectada por diferentes partículas causando esto posibles infecciones.
Es preferible prevenir esta posibilidad antes de que el animal muestre síntomas de molestias o problemas mayores. Para eso, observa bien sus ojos y el contorno.
Para saber si tu mascota tiene algún problema ocular te puedes fijar en algo que te dará una pista. Todos tenemos legañas, ellos también. El problema es que estas pueden ser de diferentes colores en función de la salud ocular. Según ha explicado Mis animales, esto es lo que significa cada uno de ellos:
Legañas verdosas: En los perros puede significar que hay algún problema. Además, suelen quedarse pegadas, irritando el ojo y pudiendo provocar infecciones mayores.
Legañas blancas: Estas son las ‘normales’. Ya que tener legañas es algo normal y, por eso, una vez el perro se despierte deberían quitarse solas.
Según la raza de tu perro será más recomendable una u otra forma de limpiarle los ojos. Por ejemplo, las razas con mucho pelo suelen tapar sus ojos por lo que hay que estar pendientes y recortarles a menudo el pelo de esa zona para poder evitar que entren infecciones a raíz de la suciedad del pelaje.
Asimismo, hay varios remedios caseros que puedes incluir en tu rutina de higiene para prevenir enfermedades.
Algo que puedes hacer siempre es limpiarle suavemente los ojos con una esponja o paño húmedo. No debe sentirse amenazado, por lo que deberá estar ligeramente mojada y debes limpiarle de forma muy suave. No es recomendable usar papeles o servilletas de papel ya que se le puede quedar pegado y que el problema sea mayor.
La limpieza ocular no necesita que sea con jabón. Humedecerle la zona y lavarle la cara con agua es la mejor opción. Además, no solo tienes que lavarle el ojo, la zona de alrededor también es recomendable tratarla para despejar cualquier posible germen que de opción a infecciones.
