Se acercan las vacaciones de Navidad, una época envuelta en positividad y emociones que, en la mayoría de los casos, nos han sido inculcadas desde la infancia y nuestras creencias, es decir, desde la visión personal que cada uno tiene acerca de cómo debe ser uno, los otros y el mundo.
Y es que estamos totalmente condicionados a sentir que la Navidad es una época relacionada con sentimientos de amor, plenitud y alegría.
Sin embargo, a medida que vamos creciendo y vivimos otro tipo de experiencias, el significado de esta época puede cambiar – y mucho – evocándonos sentimientos negativos como tristeza o ansiedad, especialmente en los días centrales de la Navidad.
Estos sentimientos no desaparecen de un plumazo el resto del año, pero la llegada de las fiestas hace que sus huellas de memoria estén más frescas y que, por tanto, las emociones
negativas asociadas a ellos nos afecten más.
Obviamente, no podemos simplemente evitar que estos días lleguen, pero si podemos estar preparados.
Expertos en psicología de Therapy Chat ofrecen 10 consejos que te ayudarán a combatir los malos sentimientos esta navidad:
1. Identifica tus expectativas: sí, lo primero es tomar conciencia, porque gran parte de nuestros pensamientos suceden en un segundo plano sin que nos demos cuenta.
2. Identifica el juicio de valor que hay tras tu expectativa: pregúntate ¿por qué creo que las Navidades deben ser un éxtasis? Estas respuestas son muy informativas acerca de cómo eres, y de
tus deseos y resultan muy valiosas para poder abordar el siguiente paso.
3. Cuestiona tus pensamientos: en la raíz de las expectativas inalcanzables se encuentran los pensamientos irracionales, como las magnificaciones o las autoexigencias. Y es que debemos tomar conciencia de que ni es una obligación disfrutar más de la familia en Navidad, ni tu oportunidad de desarrollo personal se ciñe a un mes al año.
4. Crea un nuevo pensamiento ajustado al momento presente: una vez hecho lo anterior, puedes atender mejor a tus necesidades del presente y generar pensamientos más adaptativos. Por ejemplo, ante el pensamiento “la Navidad es mi oportunidad para ser mejor” podemos pensar “soy buena persona y cada día puedo mejorar”.
5. No intentes controlar lo que no está bajo tu control: a veces las altas expectativas vienen de una falsa creencia de que podemos controlarlo todo. Aunque esperemos que la Navidad va a ser una época mágica, la realidad es que a nuestro alrededor pasan muchas cosas que pueden variar el resultado. Aprender a dejarse llevar por la corriente de la vida es lo mejor para apreciar todo lo bueno que sucede.
6. Anota esto como un mantra: “las Navidades no tienen que ser de una determinada manera para disfrutarlas; voy a intentar disfrutarlas como vengan, pero si esto no sucede, no habrá pasado nada que sea irremediable”. Esto marca la diferencia entre un deseo y una necesidad. Puede que desees unas Navidades de ensueño, pero la realidad es que no las necesitas para vivir ni para mantener tu bienestar.
7. No dejes de lado tus rutinas: para mantener un buen balance mente-cuerpo y trabajar una emocionalidad positiva, es básico tener unas adecuadas rutinas de sueño y descanso; una
alimentación equilibrada que respete un horario adecuado; y, por supuesto, no debemos dejar de lado el hecho de hacer un ejercicio moderado regular que estimule la generación de neurotransmisores como la serotonina, las endorfinas, la dopamina y la oxitocina.
8. Estimula tu capacidad de agradecimiento: está demostrado que cuando pensamos mucho acerca de algo negativo, damos pie a que nuestro cerebro le conceda mayor peso y a que desarrolle un mayor número de pensamientos irracionales dañinos. Por eso, un buen antídoto es esforzarnos en centrar la atención en lo positivo de la vida, en definitiva, en aquello que podemos agradecer a la vida. Así que cada día haz un listado de por lo menos 3 cosas que hayan sucedido, que poseas o que te caracterizan, y que puedas agradecer.
9. Busca apoyo social: precisamente uno de los sentimientos más proclives a aparecer en Navidad es la soledad. Así que lo mejor que puedes hacer es apoyarte de aquellos con los que sí puedes seguir contando, o bien puedes animarte a conocer gente nueva.
10. Y si a pesar de todo la frustración se te va de las manos: trata de distraerte con alguna actividad positiva, busca compañía, haz ejercicios de relajación o meditación, y, de nuevo, revisa los puntos anteriores.
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