Comer o no comer: los efectos de hacer el ayuno intermitente

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Ayunar durante un largo periodo de tiempo es una de las opciones más practicadas para mejorar la salud. El ayuno intermitente supone abstenerse de alimentos durante un ciclo determinado. Esta forma de comer puede traer consigo beneficios que cada vez son más buscados.

La alimentación controlada y sus beneficios

Esta estrategia de alimentación es factible para agrupar en una o dos comidas las calorías que se deben ingerir, siendo lo importante cumplir el número total de calorías consumidas y los porcentajes de nutrientes, con equitativos niveles. De esta manera, se reduce la sensación de hambre y te quedarás inmensamente saciado.

Esta práctica se suele realizar para compensar una temporada de excesos durante un ciclo determinado. Para que esto produzca los beneficios, ha de ser una dieta equilibrada y variada basada en verdura, frutas, legumbres y proteínas de origen animal y vegetal.

El ayuno intermitente realizado durante la noche puede mejorar la presión sanguínea y a combatir el estrés oxidativo, el cual esta relacionado con enfermedades como la artritis reumatoidea, Parkinson, Alzheimer y diabetes.

También es una apuesta fija para regular nuestro colesterol, pues ajusta todos nuestros perfiles lipídicos y favorece la depuración natural del organismo, mejorando la autofagia. Es una forma de incentivar una limpieza interna más pura.

Otros beneficios que el ayuno intermitente puede traer realizándolo es la función cognitiva. Tu memoria puede mejorar a largo plazo y entonces, frenar el avance del deterioro cognitivo.

Además, el ayuno puede reducir suficientemente los marcadores de inflamación y la ansiedad, siempre de manera controlada y lo que el cuerpo te permita.

Por otro lado, para que no corra riesgo la masa muscular, los ayunos de más de 24 horas no adquieren ningún tipo de mejora para el organismo.

En definitiva, pasar horas sin comer es una apuesta natural para limitar la ingesta de calorías y alargar la vida.