Meter todo en la nevera sin ningún orden hace que comamos peor y cuanto más variedad de alimentos tengas en casa, más recursos tendrás a la hora de comer bien.
En declaraciones a Uppers Blanca García-Orea, autora del libro «Las recetas de Blanca», explica que «todo se cocina en el intestino» además de cómo colocar cada alimento en el frigorífico.
En el caso de los huevos, probablemente los coloques en la puerta, dónde además hay un espacio reservado para ello, las hueveras.
Pues bien, tal y cómo explica García Orea, «La puerta es la parte menos fría de la nevera y, además, no mantiene una temperatura estable porque estamos continuamente abriéndola y cerrándola. Precisamente los huevos necesitan una temperatura estable para evitar que se forme gotas en la cáscara, que es permeable, y pueden provocar que entre una bacteria o microorganismo que nos provoque algún tipo de intoxicación».
De hecho en el supermercado están en un estante sin refrigerar precisamente para evitar este cambio de temperatura y al llegar a casa lo ideal es guardarlos en la nevera, en su propio envase, en un estante en la parte media de la nevera y al fondo. En puerta debemos colocar los alimentos que no se estropean con facilidad cómo salsas industriales, salsa de tomate en un bote de cristal, chocolate, agua y bebidas.
Reserva las baldas superiores para los productos lácteos, yogures, mantequilla, leche, encurtidos y anchoas. Pero eso si, no metas latas abiertas dentro de la nevera, guarda su contenido en tapers, así se conservará mucho mejor. Coloca en las baldas intermedias los alimentos cocinados y los embutidos.
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