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Por qué no debes meter el chocolate en la nevera, ¿sabes qué es el fat bloom?

Es mucho más probable que se estropee

Ana Más
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Una chica comiendo chocolate

Si eres de las que suele guardar el chocolate en la nevera te contamos por qué dejar de hacerlo. En primer lugar los cambios de temperatura bruscos son fatales para este alimento. Se estropea en el 100% de los casos, al margen de que el frio afecta a su sabor y textura que no serán los mismos. Por qué no debes meterlo en la nevera, ¿sabes qué es el fat bloom?

El cambio más evidente que experimenta es que cambia de color y su parte exterior se vuelve más blanquecina, algo que se conoce cómo fat bloom, algo debido, tal y cómo explican en la revista Mia desde Chocolates Torres, a que “los cristales de la manteca de cacao u otro tipo de grasas suben a la superficie cuando hay una brusca variación de temperatura y se vuelven a cristalizar en la parte superior”.

Además de explicar que esto es más probable que ocurra si contiene frutos secos porque “contienen una grasa que es prácticamente líquida a temperatura ambiente”, “Esto provoca un contenido en humedad un poco más alto que otros rellenos y que hace emigrar las grasas hasta la superficie del chocolate”.

Por qué no debes meter el chocolate en la nevera

 

Getty

Además de ser cero apetecible a la vista, un chocolate que ha sufrido fat bloom pierde cualidades en cuanto a su textura y sabor, cuesta más fundirlo en la boca y suele estar terroso. Esto es porque en la nevera está expuesto a demasiada humedad y temperatura y esto hace además que pierda aromas esenciales.

Así que mucho mejor guardarlo fuera del frigorífico salvo en un caso, cuando fuera el termómetro marque más de treinta grados. En ese caso debes meterlo bien envuelto en un papel que absorba bien la humedad y que lo aísle del frio directo, además de meterlo en un recipiente hermético. Procura meterlo en uno de los cajones, no en la parte más fría de la nevera y si vas a consumirlo ese día, sácalo un poco antes para que recupere sus matices originales y pierda un poco de frio.

Si no hace mucho calor lo ideal es guardarlo fuera del frío en una caja que lo aísle del exterior y a ser posible en una despensa dónde haya una temperatura de unos 18 grados. Así no perderá sus cualidades y su sabor estará intacto.

Aunque aguanta bastante tiempo, no conviene dejar que pase mucho antes de acabarlo por completo porque corremos el riesgo de que se estropee.

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