El truco para una cena que no sea pesada es incluir legumbres y cereales integrales. Estos alimentos se pueden cocinar muy rápido, son nutritivos, saciantes y no tienen demasiadas calorías. Una buena propuesta es tener a mano siempre cereales cocidos (arroz integral, quinoa, bulgur ) o legumbres (garbanzos y lentejas). Y recuerda que en verano, no hay nada mejor que el gazpacho y el salmorejo ¡están deliciosos!
Y en invierno, por supuesto, cremas y sopas. Una muy original es un caldo claro hecho con agua, un par de setas shiitake desecadas y un trocito de alga kombu. Cuando acabe de hervir, añade una buena cucharada de miso y retíralo del fuego.
Y es que estos caldos de estilo oriental son muy socorridos. El tiempo en hacerlos es mínimo: no necesitan preparación previa y puedes reservar las sobras para el día siguiente. Eso sí ten siempre en la nevera algunos de los ingredientes indispensables para la receta: setas desecadas, alga kombu, miso, cebolleta, puerro, apio….
Te contamos qué no puede faltar en una cena ligera y saludable.
Debemos incluir verduras y hortalizas típicas del invierno, esto es calabaza, puerros, remolacha, espinacas y alcachofas entre otras.
Las sopas además de hacernos entrar en calor son termogénicas esto es que aceleran ligeramente el metabolismo.
Podemos incluir en nuestra cena sopas de todo tipo, de arroz, de verduras, de pasta e incluso de ajo.
Las proteínas también son una alternativa excelente para las cenas, tortilla, pollo y pavo a la plancha o pescado, que según los expertos se digieren mejor por la noche.
El jengibre tiene efecto termogénico gracias a sus propiedades vasodilatadoras, la cayena puede aumentar el metabolismo basal hasta un 25 por ciento y el ajo, además de propiedades antivíricas y antibacterianas también actúa de termogénico.
Además del tipo de alimento es muy importante la forma de cocinarlos, para no añadir grasas ni calorías a tus platos pásate a la cocina al vapor, al horno o a la plancha y evita fritos y rebozados.
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