A lo largo de la semana se pueden llegar a poner hasta cuatro lavadoras, todo eso se multiplica al pensar que después hay que tender la ropa y plancharla. De hecho, cuántas veces habremos tendido todo deprisa y corriendo para después acumular una montaña de ropa por pereza de sacar la plancha.
Es el momento de pararse a pensar y coger fuerzas para tender la ropa estratégicamente de forma que te ahorres planchar algunas prendas de ropa. En lugar de tender la ropa a lo loco, así puedes ahorrar tiempo y esfuerzo, aunque parezca lo contrario.
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Lo primero que debes saber es que una vez acaba la lavadora de hacer su trabajo, no es recomendable que la ropa se quede en ella durante mucho tiempo. Al estar mojada y amontonada cogerá muchas más arrugas. Además, cogerá un olor a humedad insoportable. Reorganiza las prendas húmedas para colgarlas de forma ordenada. Es preferible que no se cuelguen directamente muy mojadas.
Tiende cada prenda estirada para evitar arrugas insufribles. Para ello, ve prenda a prenda, aunque sea más lento. Seguramente esto hará que te libres de planchar alguna camiseta e incluso toda la ropa interior. Para ello estira bien las mangas de las camisas y los bajos de los pantalones.
El gran truco que, sin duda te convertirá en un experto de la colada, es el de tender la ropa del revés para que el sol no estropee los colores. Es una recomendación para que la ropa sufra lo menos posible después de tanto ajetreo.