Estamos acostumbrados a verle entre fogones, risueño y hablándonos de recetas y muy pocas veces le hemos escuchado hablar de su vida privada. Pero Arguiñano ha hecho una excepción y la revista Semana cuenta su delicada situación familiar y el mal momento por el que pasan él y su mujer María Luisa.
Sobre todo ella, María Luisa, que apenas sale de casa ni se relaciona con nadie por temor al contagio, extremando incluso las precauciones cómo si estuviéramos todavía en estado de alarma. Una situación más que complicada para ambos, aunque el cocinero intenta volver a la normalidad poco a poco, «Se nos está haciendo muy largo, esta historia está siendo dura de verdad. Luisi, mi mujer, no sale de casa por la pena. Me dice ‘tú sales mucho».
Una situación bastante complicada sobre todo si tenemos en cuenta que cómo explica el mismo Arguiñano, «Mi mujer ha sido capitana toda la vida» y ahora sin embargo no ven ni a sus nietos aunque viven en la misma ciudad.
Por toda esta situación que ha hecho que su vida haya cambiado tanto, Karlos Arguiñano lanza una reflexión a los espectadores a los que invita a aprovechar de cada momento, «Ahora que voy para los 73 años, ya os aviso, y más concretamente en este momento, aprovechad cada minuto de vuestra vida. No dejéis nada para mañana», explicaba.
Y es que María Luisa es una mujer luchadora, de hecho empezó a trabajar con tan solo 9 años ayudando a su madre a repartir pescado, se fue a París un tiempo dónde aprendió idiomas, siempre ha sido resolutiva y ha llevado la iniciativa por lo que su comportamiento actual se hace más complicado para su familia y su círculo más cercano.
Sus hijos dicen de ella que, «nuestra madre ha sido el alma mater de toda la empresa desde el principio. Es ‘la jefa’, la que sostuvo toda la gestión cuando mi padre se fue a Argentina o cuando debía dedicarse casi de lleno a la producción de sus micros en televisión».
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