García Lozano se caracterizaba, entre otras cosas, por su capacidad de comunicación y por saber escuchar a los invitados que asistían a su programa, entendiendo que detrás de cada persona existe una historia que debemos respetar.
Con el paso de los años y el fin de la moda de los talk-shows, García Lozano se fue alejando del mundo de la televisión para centrarse en el coaching, profesión a la que se dedica en estos momentos.
En una reciente entrevista, Ana revelaba su faceta como profesional del coaching. «Siempre digo que soy como una oreja grande a la que mucha gente abraza para desahogarse», afirmaba.
«No es fácil saber escuchar, y mucho menos estar para que el otro pueda sentirse mejor al explicar su historia. Hay que hacer un gran esfuerzo para olvidarte de ti, para apagar el ruido de esa radio que todos llevamos dentro», ponía de manifiesto.
En la misma entrevista, García Lozano revela que su paso por televisión estuvo repleto de momentos muy duros. «… como el día en que vinieron a contar cómo superar la muerte de un hijo», comenzaba. «En aquel momento yo acababa de ser madre de mi hijo mayor, por lo que el horror emocional que sentí fue tan intenso que me puse a llorar detrás de las cámaras».
Muy humilde matizaba que este tipo de programas no son complejos de realizar. «No, no me parece que sean complicados, porque solo tienes que escuchar», indicaba. «Lo más importante es la labor que hacen en la redacción, que es la encargada de buscar a los invitados. Cuando estábamos en Telemadrid no había ni internet, así que yo no sé de dónde podían sacarlos a todos», afirmaba con cierto orgullo de equipo.
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