Nuestra protagonista se llama Julia y ella misma explicaba en sus redes que durante algo más de tres meses estuvo chateando a diario con su amante… Hasta que él dejó de responder. ¿Se había marcado un «ghosting»? Un término anglosajón que se utiliza para describir una situación bastante desagradable.
Se trata de una forma coloquial al referirse a una situación en la que una de las partes cesa la comunicación de manera repentina y sin advertencia o justificación aparente, ignorando todos los intentos de acercamiento posteriores.
Pero Julia, que había estado pico y pala durante todos tantos meses, comenzó una investigación en toda regla para dar con sus amigos y descubrir, sorprendida, que su amado desaparecido en realidad estaba en prisión.
Ni corta ni perezosa, trazó un plan para recuperarle: se unió a un grupo de estudiantes de derecho porque sabía que al final del semestre, el plan de estudios incluía una visita al centro penitenciario.
Julia estuvo participando activamente en el grupo de estudios de los futuros abogados. Asistió a todas las reuniones y cumplió fielmente para conseguir culminar su plan. Luego dicen que la gente no persevera…
Y llegó el día de la visita, descubriendo en el último momento, que sería una excursión segregada: los chicos irían al ala masculina de la cárcel, y las chicas visitarían la zona donde estaban las presas.
El motivo estaba claro, evitar problemas entre los reclusos y los estudiantes. Pero lamentablemente, Julia no lo contemplaba cuando trazó su plan… Finalmente, nuestra protagonista no pudo contactar con su «match» y todo el esfuerzo quedó en nada.