Esta política solo se aplica para aquellos artículos que cuesten menos o igual que el propio coste de devolución. El cliente finalmente sale ganando porque se queda con el producto y su dinero, pero la empresa de paquetería considera que para ellos es perder dinero si tienen que recoger ese paquete de vuelta.
Aunque, ¡atento! Esto no ocurre con todos los productos, estamos haciendo referencia a objetos menores. Los aparatos electrónicos y de gran coste no entran en este nuevo enfoque de Amazon. De momento, esta nueva política solo se está aplicando en casos en los que se considere que va a ser difícil revender ese producto en concreto que se quiere devolver.
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Las compañías de paquetería utilizan inteligencia artificial para determinar si la devolución de un producto sale rentable o no.
Los costes de paquetería son mayores en función del tamaño del producto. Por eso, lo primero que se valora es lo que ocupa el objeto que el cliente quiere devolver. Cuando la tarifa de envío es más alta que el producto en sí es más rentable dejar que el usuario se quede con su compra. Otro factor que tienen en cuenta es el historial del cliente en ese comercio.