na boda casi siempre es motivo de mucha ilusión y de nuevos comienzos. Pero en algunos casos, existen matrimonios condenados al fracaso desde el principio. Hay que estar muy seguro al elegir a la persona con la que queremos compartir nuestra vida. Antes de tomar cualquier decisión debemos pensar en las consecuencias que tendrá para nosotros mismos y para los demás.
Álvaro se ha casado este mismo verano. Lo hizo con muchas dudas sobre su relación, pero con esperanzas de que el matrimonio consiguiera mejorar las cosas. También tuvo en cuenta que la boda estaba organizada y temía lo que podría pensar la gente si se echaba hacia atrás. Ahora ha comprobado que fue un error ya que su relación, lejos de mejorar, ha empeorado. No sabe si divorciarse tres meses después de haberse casado.