Las patronal del sector antiplagas (ANECPLA), advierte que las altas temperaturas han acelerado el ciclo vital de la mosca negra cuya mordedura es muy dolorosa, una plaga que puede afectar sobre todo a ciudades atravesadas por ríos.
Se trata de una pequeña mosca autóctona, no foránea, de apenas seis milímetros pero cuya picadura no tiene nada que ver con la de un mosquito, tal y cómo explican a eldiario.es desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad ambiental (ANECPLA), patronal del sector de las empresas que combaten las plagas de todo tipo de insectos, «Lo de la mosca negra es una mordedura en forma de sierra que deja un corte sangrante y sumamente doloroso que puede llegar a infectarse».
Este organismo ha ido aumentando su alerta este año sobre la mayor incidencia urbana de esta pequeña mosca de la que hasta estos últimos años solo sabían en los ámbitos rurales.
Tal y cómo explica eldiario.es, «el cambio climático, que incentiva su ciclo reproductivo y la mayor limpieza y conservación de la vegetación de ribera de los ríos a su paso por ciudades como Madrid, Tortosa, Zaragoza o Valladolid, favorece su crecimiento y el ataque a humanos. Tal y cómo han podido comprobar los vecinos del distrito de Villaverde en Madrid.»
La mosca negra actúa durante el día y es capaz de introducirse bajo las prendas y alcanzar la piel hasta conseguir picarnos.
Desde ANECPLA dan algunos consejos para evitar su picadura, tal y cómo recoge el mismo diario.
Se trata de una especie que crece en aguas circulantes y bien limpias y oxigenadas en especial en la vegetación de ribera de los márgenes. Por eso se están instalando en los tramos urbanos de las riberas del Ebro y del manzanares cuyo actual cuidado ecológico lo favorece.
Esto unido a las altas temperaturas y la ausencia de depredadores naturales por el retroceso de los murciélagos en las ciudades hace que aumenten el número de huevos y se acelere el ciclo reproductivo de esta especie.
Tal y cómo explica Jorge Galván director general de ANECPLA , «Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor, como ocurrió la semana pasada, produciéndose así un boom demográfico y, consecuentemente, un aumento de picaduras».
Que además asegura que «las labores de prevención son especialmente importantes a la hora de minimizar su impacto».
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