Porque quien se deja invadir por la tristeza acaba en un pozo oscuro del que es difícil salir por nuestro propio pie. Por eso el artista sabe rodearse también de gente enérgica y feliz, como es su chica Rachel Valdés, con la que últimamente nos ha compartido bailes cómplices. ¿Has visto alguna vez a Alejandro Sanz mover el esqueleto con tanto arte?
Y lo mejor: ¡irradia felicidad! Que nos pase la receta, que nos unimos al baile…
Que las penas con baile son menos penas, y que la vida con ellos es más vida. El baile es una consecuencia de la música, que es la materia prima del artista, con la que da forma a sus emociones y de la que al mismo tiempo se nutre.
Hace 30 años un jovencísimo Alejandro Sanz se preparaba para despuntar en la música y convertirse en una estrella que causaba sensación (y algún que otro mareo en los conciertos) en las adolescentes de los 90. Esas letras románticas y poéticas le convirtieron en uno de los artistas más exitosos de entonces y le llevó a protagonizar varios números de revistas adolescentes.
Seguro que recuerdas algunas clásicas como la Super Pop. Estos días el intérprete de El trato echaba la vista atrás y recordaba cómo había sido varias veces portada de esta conocida revista.
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