Bio fue el primer entrante, un tema en el que se emocionaba emocionalmente y con el que agradecía a la vida por todo lo conseguido. Le siguió Mares de miel, con la que nos abrazó el alma nuevamente, protagonizada por ese conjunto de instrumentos en armonía que nos traslada a sus primeros discos.
«He tratado de hacer un disco recuperando en la medida de lo posible el tarro de las esencias», revelaba el artista en una entrevista con Esquire, donde también descubría el nombre que llevaría este nuevo trabajo discográfico: Sanz.
El álbum se llamará Sanz, un título cargado de significado a pesar la sencillez que presenta. Con más de 30 años de trayectoria profesional a sus espaldas, Alejandro Sanz siente la necesidad de presentarse al mundo con el que considera que probablemente sea el disco más personal de su carrera.
«Barajé varios nombres: Alejandro… Alejandro Sánchez Pizarro… Pero al final me decidí por Sanz. Llevo treinta años construyendo la marca Sanz como para llamarme ahora Alejandro Sánchez Pizarro«, bromeaba este en la misma entrevista.
El artista madrileño ha perseguido siempre la sencillez, a través de la cual ha conseguido conmovernos siempre con sus canciones. Esta es un elemento que está presente en este trabajo, «quizá el disco más mío que he hecho nunca«.
El disco, producido por Alfonso Pérez y Javier Limón, ha tenido al artista sumergido durante 18 meses desde su casa, donde se ha desarrollado la mayor parte del disco. Un viaje emocional que no ha hecho más que comenzar. ¡Estamos deseando escuchar el disco al completo!
En la información con la que la casa de discos de Alejandro Sanz ha presentado el nuevo álbum del músico se explica que «en él, Alejandro Sanz se aventura en contornos de expresión inesperados, pero también refina el modelo creativo que le ha convertido en referencia de la música popular a nivel global. “Mares de miel” es el mejor ejemplo de esa capacidad para transformar sus propios estándares partiendo de los rudimentos esenciales de la canción, un formato que en manos expertas no entiende de límites ni restricciones».
«En este nuevo trabajo del madrileño –producido por Alfonso Pérez con Alejandro Sanz y Javier Limón; mezclado por Peter Walsh– encontramos diez composiciones dominadas por esa actitud renovadora»
“Mares de miel” -asegura- avanza imparable sobre los raíles de una melodía brillante, propulsada por un ritmo de sustrato flamenco que no necesita forzar el acento sureño.
Sanz administra los poderes de la partitura con inteligencia. Dosifica el misterio de una letra sugerente que pellizca cerca del corazón, antes de explotar en uno de esos estribillos que se adhieren a la primera.
Pero la cosa no termina ahí, porque después desarrolla una sutil trama armónica con arreglos de metal que –sin salidas de tono ni exceso de subrayados– nos acompaña de camino al etéreo fade-out.
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