Juegos, lectura, deportes o trabajos manuales, hay tiempo para todo y actividades para todos los gusto y bolsillos. Lo importante es tener ganas de disfrutar.
Cocinar con los más peques puede ser muy divertido para ellos, además de creativo y estimulante y hacer alguna receta fácil como un helado, nos garantiza el éxito del plan. Sobre todo porque la recompensa es comérselo. Aprovecha para hacer alguno sano a base de fruta, ¡les encantará!
Las noches de verano en lugares alejados de la contaminación lumínica como los pueblos son perfectos para organizar una noche de estrellas. ¡Alucinarán!
Un clásico del entretenimiento familiar: desde cartas hasta algunos de los últimos lanzamientos para niños.
Aprovechar el verano para inculcar o reforzar el hábito de lectura en los más pequeños siempre es una buena idea. Deja que elija alguna saga o protagonista que le llame la atención y que dé rienda suelta a su imaginación.
Una actividad al aire libre y con la que aprenderán el origen de muchos de los vegetales que comemos, a cuidar las plantas y a respetar la naturaleza.
Quizás a los vecinos no les guste tanto la idea pero para los más pequeños las risas están aseguradas. Hay un montón de vídeos en YouTube de karaokes con canciones infantiles que seguro disfrutarán al máximo.
La plastilina es un clásico que no pasa de moda y que, además, se sitúa como uno de los juegos más entretenidos y beneficiosos para los más pequeños. Juegan con sus texturas, crean formas y, sobre todo, las posibilidades de creación son infinitas.
Combatir el calor del verano con una guerra de globos de agua en el jardín o en el parque puede convertirse en el plan estrella de la temporada.
El verano es sinónimo de bicicletas y si tu hijo o hija aún no ha aprendido cómo montar, ¿por qué no aprovechar los buenos días al aire libre?
¿Combatir el calor yendo a un lugar fresquito y cultural? ¡Planazo! Escoge el que más le guste a tus peques (ciencias naturales, planetario…) y listo.
Un juego que siempre triunfa entre los niños. Fácil, rápido y perfecto para el calor. Además, podéis probar a hacer pompas gigantes con una cuerda anudada y un cubo de agua con jabón.
Esconde varios objetos por casa a modo de recompensa y dales pistas para que los encuentren o, si lo prefieres, esconde las pistas por casa que le lleven hasta un tesoro final.
Ir al cine a ver alguno de los estrenos infantiles del verano.
Ya sea con amigos o entre vosotros. En pijama, con una cena rica que les guste (como pizza, por ejemplo), chuches, pelis por la noche e, incluso, historias de miedo.
Un clásico que nunca falla. Podéis elegir una temática o hacerlo de forma libre.
Una manualidad creativa y con la que os quedará un bonito recuerdo. Imprimid las fotos que queráis y reúne recortes de revistas, pegatinas, purpurina… y deja que sea el niño o la niña quien lo haga a su gusto. ¡Te sorprenderá!
Jugar a las marionetas e inventarse su propia historia es algo que gusta a muchos niños pero, proponles crear antes vuestros propios títeres con un calcetín, lana, botones…
Van a terminar tan manchados como felices. Pintar con los dedos y con las manos es una actividad increíblemente beneficiosa para los niños y les encanta.
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