El médico John Tang Ing Ching ha asegurado que se le ocurrió por primera vez esta producción al comprobar la tasa demasiado elevada de embarazos no deseados y cómo crecía el número de enfermedades de transmisión sexual. Este invento permite controlar la salud sexual más fácilmente.
Además de ello, es otra alternativa de método anticonceptivo independientemente del su sexo u orientación sexual, por sus efectos secundarios y el elevado coste de los anticoncepcionales hormonales para las mujeres.
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‘Es básicamente un preservativo normal con una cubierta adhesiva’ asegura Tang. Este adhesivo se aplica a un lado del preservativo, lo que significa que se puede invertir y ser utilizado por cualquiera de los dos sexos.
Su disposición se basa en la misma que la de los apósitos de las heridas. Es ‘una cubierta adhesiva que se adhiere a la vagina o al pene, además de cubrir la zona adyacente para una mayor protección’, afirma el ginecólogo. Gracias a ello, se puede colocar sin que se resbale, siendo un anticonceptivo seguro, reversible y ambiguo.
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