Contra el paso del tiempo en nuestra piel podemos trabajar de muchas maneras: evitar el sol y los rayos UVA; dejar vicios como el alcohol y el tabaco; cambiar nuestra alimentación, apostando alimentos ricos en grasas saludables, beber hasta 3 litros de agua al día y, sí, también sonreír.
La alimentación es un factor determinante para nuestra salud. Y los productos que ingerimos afectan directamente a nuestro organismo en general.
RECUERDA: Junto a la alimentación, el deporte es la mejor opción para mantener el organismo sano y en perfecto estado. La práctica de ejercicio aeróbico es muy beneficiosa para nuestro organismo.
También la elasticidad y la tonicidad de la epidermis tiene una dependencia total de nuestra alimentación, que provoca aunque te cueste creerlo, la aparición de las temibles arrugas.
Somos conscientes de algunos factores que hacen que la piel tenga un aspecto cetrino y apagado con el paso del tiempo: la indebida exposición al sol, la predisposición genética, el consumo habitual de alcohol y tabaco, la contaminación. Pero también hay algunos alimentos que consumidos en exceso afectan directamente en la elasticidad y tonicidad de la piel, favorecen la aparición de arrugas y provocan malestar físico.
El azúcar es uno de los principales enemigos a batir, pero hay otras sustancias que nunca imaginarías que destruyen el equilibrio de nuestro cuerpo y provocan que acelere su envejecimiento
Toma nota y ¡destiérralos de tu dieta!
La gran cantidad de azúcar que contienen provoca que las células mueran rápidamente principal causa un envejecimiento rápido.
Presentes en todas las comidas procesadas, listas para meter en el microondas o en la sartén. Altamente calóricas y carentes de nutrientes provocan a veces obstrucciones en las arterias.
Su elevado índice glucémico es el responsable de que se destruya la elasticidad de la piel y los músculos. Los endulzantes o los cereales no integrales son fuente de estos malditos.
Eliminada en cualquier dieta, tiene un por qué. Eleva la tensión arterial que está relacionada con la producción de colágeno. A mayor tensión, menor fabricación de colágeno. Resultado: envejecimiento prematuro.
La ingestión de ambos produce una fuerte deshidratación y nuestro cuerpo necesita agua para funcionar. También nuestra piel al secarse por falta de agua presenta un aspecto senil.
La comida muy picante dilata los vasos sanguíneos favoreciendo su ruptura y un tono más gris…¡la piel pierde tonicidad y elasticidad!
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