Solamente en España, tiramos más de 150 millones de kilos de restos de café (posos y cascarillas) al año a la basura, unos posos que te pueden servir de mucho en el día a día.
El café es materia orgánica y las plantas necesitan nutrientes como el fósforo o el nitrógeno que procede de este tipo de materia orgánica.
Bastará con que vayas acumulando los posos de varias cafeteras y de vez en cuando lo añadas a la tierra de tus plantas, notarás el cambio rápidamente.
Para mantener la piel suave, el café también puede ser tu aliado. Mezcla los posos de café con gel de baño o aceite y utiliza un guante de crin o una esponja y frota para eliminar las células muertas.
La cafeína funciona cómo un insecticida suave. Así que puedes mantener a las hormigas fuera de casa poniendo una barrera de posos café.
Es tan sencillo cómo mezclarlos con aceite de oliva hasta obtener una mezcla oscura y luego pasar un trapo con la mezcla por golpes y arañazos.
Si te encanta el olor a café puedes hacer tú misma velas. Mezcla parafina líquida con los posos en un tetrabrik de leche vacío, cuando la mezcla se endurezca rompe el tetrabrik y tendrás una vela aromática.
Los posos del café tienen propiedades abrasivas, que los hacen útiles si necesita limpiar el fondo de una olla o una sartén no antiadherentes. Basta con añadir los posos de café y frote con un estropajo.
Si notas que tu nevera huele mal coloca dentro un vaso con los posos , esos actúan cómo el bicarbonato, absorbiendo los olores persistentes. Por eso no debes guardar bolsas abiertas de café en el refrigerador, ya que absorberá los olores y se estropeará.
En bolsitas o en el interior de unas medias viejas, puede servirte cómo ambientador de armario y además quita el mal olor que queda en las manos cuando manipulas alimentos cómo ajo y pescado.
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