El puente de Diciembre, con sus encuentros, salidas y entradas, la relajación de las restricciones y la variante Ómicron han sido el caldo de cultivo perfecto para que la sexta ola de la Covid-19 sea una realidad.
Y, ahora, llega la Navidad, con sus cenas, comidas, quedadas, fiestas multitudinarias… La única forma de evitar contagios es volver al confinamiento, pero las autoridades, de momento, no han tomado una decisión al respecto, aunque sí barajan adoptar algunas restricciones de aforo que afectarían al ocio y a la convivencia durante estas fiestas.
Mientras las autoridades sanitarias piensan qué medidas aplicar… ¿qué puede hacer el ciudadano de a pie para reducir la incidencia de los contagios? Prudencia, sentido común, mascarilla, pruebas diagnósticas y reducir en lo posible la vida social y familiar.
Hay 5 reglas que todos deberíamos adoptar estas Navidades cuando nos encontremos con nuestras familias en las tradicionales comidas y cenas.
Toma buena nota y quizá puedas evitar contagios o que éstos sean más leves porque la carga viral haya sido menor.
Comidas con grupos o unidades familiares únicos. Primero para evitar que el aforo se descontrole, segundo para -en caso de contrario- poder rastrear mejor el brote y evitar que se propague a un mayor número de personas.
Lo ideal es que haya solo dos grupos de familias convivientes, hasta un máximo de 10 personas.
Antes de cada cena, comida o encuentro. No es algo concluyente pero si disipa dudas en los casos de infectados con una carga viral importante.
En la previa a la cena o la comida, mantener la mascarilla puesta es un gesto de responsabilidad. Solo prescindir de ella delante de la mesa, mientras comemos.
La OMS advierte que debemos convertir el uso de la mascarilla en una parte normal de nuestra interacción con otras personas. Para que sean lo más eficaces posibles, es esencial utilizar, guardar, limpiar y eliminar las mascarillas correctamente.
Y, por supuesto, acortar la sobremesa, evitar abrazos, gritos y besos.
Nada de meter el tenedor en la ensalada o de compartir hincando la cuchara en la tarta de queso… platos individuales, tartaletas de aperitivo para una persona y el postre, nada de ofrecer un poco al comensal de al lado para probar.
Casi mejor, ponerte una chaqueta para evitar el frío. Pero es esencial que la sala donde se celebra el encuentro esté ventilada, con las ventanas abiertas -mejor durante toda la velada aunque sea diez centímetros para que corra el aire y se regenere-.
MÁS SOBRE: